“Ay, Rosa” persona trágico-cómica madrileña con tendencia al drama populista. Se envuelve en una elegante, a la par que misteriosa música electrónica que conforma la mezcla perfecta entre pop y nuevas tendencias.
“Ay, Rosa” se junta con mala gente, devora libros de abducciones y se alimenta sólo de plantas secas. De todo esto salen unas letras oscuras, trabajadas, agudas e hirientes.
¿A qué suena “Ay, Rosa”?, suena a Gorillaz, cruzado con Moby y pasado por el rodillo espiritual de Antonio Vega, a esas horas en la que sólo buscas relax y que te teletransporten.
“Ay, Rosa” tiene un pasado musical, del que nunca habla, un presente musical determinista y un futuro, prometedor, para todo aquel que sepa apreciar el alma pop en lo digital, el alma en los nuevos sonidos.